miércoles, 26 de septiembre de 2012

Adiós, Libra, adiós


Adiós, Libra, adiós.
x Jesús Gabriel, un astrólogo de Barcelona.
Saturno está de mudanza. Se ha pasado desde el 2010 en el hogar de Libra y ahora se dispone a solicitar acogida en el de Escorpio. En concreto, el día 5 de octubre. Saturno no suele venir tocando castañuelas precisamente. Más bien se nos presenta como un viejo achacoso y egoísta, alguien que viene a limitar nuestra vida. O eso parece. El caso es que los Libra se merecen un homenaje. Bueno, claro, los Libra que hayan admitido e integrado lo no bonito, la frialdad, la vejez, la arruga, la cana, la decrepitud y la muerte de buen grado. Y no me refiero a lo propio, que también, sino a lo que tienen a su alrededor y que haya supuesto una limitación. Recordemos que Saturno es, además, el recaudador de impuestos, la aduana, los tributos, los derechos de otros sobre uno (y viceversa).

La función de Saturno es poner a prueba las facetas de cada signo. En concreto, su estado de maduración. O, más claramente, la madurez o inmadurez con que se viven las facetas de, en este caso, Libra. Así, pues, como Libra simboliza las relaciones de igualdad, alianzas, matrimonios, pactos, convenios y asociaciones, es más que posible que las personas nos hayamos dado de bruces con algo parecido a un mármol. Digamos que para profundizar en nuestras relaciones hemos tenido que experimentar decepciones fuertes. O, al menos, una sensación de fraude, estafa o traición a la confianza depositada. ¿Nos habremos vacunado de tanta superficialidad, origen de toda decepción?
Así, pues, desde el 2010 nos hemos tropezado con la evidencia de que nuestro bienestar está condicionado por el de los demás (y viceversa). O sea, son las relaciones las que facilitan o impiden la consecución del éxito y del bienestar. Ellas son nuestro cielo o nuestro infierno. 

Nuestros destinos particulares no están aislados. Es necesario entender y aceptar que éstos interactúan por encima de las voluntades individuales. En el mundo que nos rodea, desde que entró Saturno en Libra en el 2010, estamos viendo cómo lo que le sucede a un país repercute inmediatamente en la política global. Es algo que estamos viendo con crudeza. Hasta antes del 2010 se podría pensar que una persona podía diseñar su vida a su modo. Ahora, sin embargo, vemos que ello no es posible sin contar con las coyunturas sistémicas.

Conciencia de compartir.

Saturno en Libra es el gran patrón de la conciencia compartida. No hay posibilidad de avance individual de espaldas a la colectividad. Bien, en realidad puede haberlo, aunque vendiendo el alma al diablo. Así es como se forman las desigualdades sociales, cosa que estamos presenciando en estos años que corren.
El legado de Libra podría haber sido la igualdad y, sin embargo, lo que se ha producido es una mayor diferencia entre ricos y pobres, tanto en el ámbito mundial como en nuestras vidas personales. Vemos a nuestro alrededor personas a quienes les va muy bien y a quienes les va muy mal. Y no es que este hecho se haya intensificado, que también, sino que somos más conscientes de la desigualdad.

La anterior vez que Saturno estuvo en Libra (1980-1982/83) coincidió con la implantación del modelo neoliberal -vía Reagan & Thatcher-, que ha dado lugar a toda la bola de deuda que está aplastando las economías de los países y de las familias.

Igualdad y justicia.

Como ven, no he mencionado la palabra justicia, un atributo muy libriano. Ello da pie a que plantee un par de preguntas: ¿es equiparable lo igual a lo justo? ¿es posible que la igualdad pueda ser injusta o que, aún con buena intención, la acción justa pueda dar lugar a mayores desigualdades de las que se intentaban paliar?

Mi respuesta es que es necesario reflexionar acerca del origen de las desigualdades que presenciamos y que debemos ir más allá de la percepción lastimera superficial

Recordemos que Saturno es el representante astral del concepto de Karma.

No hay comentarios: