viernes, 5 de abril de 2013

El crash de julio del 2013: La rebelión de las élites.

El crash de julio del 2013: La rebelión de las élites.

Se está hablando mucho del caso de Chipre, de Grecia, del corralito europeo que se puede avecinar, de la corrupción, de la incompetencia de los políticos, de la indignación que experimentan las bases de la sociedad. Se está viendo venir una rebelión de las élites culturales formadas por sectores profesionales bien situados. Es decir, el magma de la indignación está que hierve y su calentura va afectando progresivamente a muchos estratos de la sociedad. Este mes de julio se prepara una buena. Es posible que en este verano lleguemos al punto de inflexión más intenso. Ello va a suponer que a la crisis que se empezó a notar en el 2008 le quedan otros 5 años, y que este 2013 va a ser el año cumbre.

Este verano va a ser especialmente intenso. Se van a juntar los motivos que hasta ahora se han mostrado con toda obviedad junto con otros que ya retumban. Un amigo cuya hija vive en Holanda me cuenta que allí ya hay dos bancos cuyos clientes no pueden hacer uso de su dinero. La economía estadounidense se prepara para experimentar otro crash.
Aquí, en España, el endeudamiento es una plaga. No solamente afecta a instituciones y bancos sino a personas y empresas de todos los tamaños. La deuda pública, que es la que está llevando a recortar en servicios imprescindibles para el ciudadano, y la deuda privada que afecta incluso a multinacionales. Veremos a caer a algunos intocables.

En España se barruntan cambios en muchos niveles. Se habla de la necesidad de una segunda transición que promete ser más compleja y difícil que la primera. Es posible que, debido a la política de los recortes que se están haciendo, el llamado Estado de las Autonomías sea abolido y que ello provoque una ruptura sin precedentes. Todo ello favorecerá los movimientos secesionistas que están en marcha, además de la abdicación del rey Juan Carlos I en su hijo Felipe, al que le va a caer en sus manos todo un marrón que se oscurece y huele peor por momentos. Todo ayuda, claro que sí. El caso es que salgan del armario los anhelos de cambio que quedaron guardados y apolillados desde la década de los 60.

El papel de las élites intelectuales.

Con la eclosión del movimiento de los indignados se produjeron apoyos que provenían de voces críticas. Hasta ahora estas voces se han ido pronunciando a título personal, lo cual no quiere decir que sean pocas. Sin embargo, voy percibiendo un cambio muy interesante. A la par que las secuelas del 15M se están capilarizando en movimientos de economía solidaria, por poner un ejemplo, observo que hay un movimiento promovido desde las élites intelectuales bien situadas en el escalafón social en pro de cambios radicales de corte progresista. Incluso, según veo, escucho de algunos de ellos opiniones que denotan que hay que organizarse para promover un cambio. De momento, alguien muy significado ha sugerido a Ada Colau que extienda su radio de acción a otros ámbitos. Es decir, se está clamando por un liderazgo alternativo potente.
También, de Julio Anguita, de quien auguré hace tiempo un retorno a la primera línea de la política, escuché pidiendo a los militantes de Izquierda Unida que dejaran el carnet en su casa, que la reivindicación hecha desde los partidos es contraproducente.

Todo ello indica que vamos a presenciar movimientos muy interesantes.
Tengo claro que el sistema necesita de una enmienda a la totalidad, la cual no se puede hacer si no se asume un liderazgo transversal que incluya a todos los asuntos y a todos los sectores.

El optimismo crítico parece pesimista.

Alguien me dijo que soy muy pesimista en mis apreciaciones. Lo que sí creo es que hemos sido demasiado optimistas durante demasiado tiempo. Lo hemos fiado todo a la política, mientras ésta se iba postrando ante el mercado, un acto de ceguera colectiva. Hemos pensado que todo era genial y que el crecimiento podía ser eterno. Eso es de un optimismo destructivo. Yo, en todo caso, soy tan optimista que me permito el lujo de ser pesimista sin que me afecte.

2 comentarios:

cosmogenesis dijo...

La crisis de la deuda solo se puede resolver no pagandola, es decir la vieja tecnica de la "tabula rasa", ya usada en Babilonia que fue donde se invento el actual tinglado. En cualquier caso con Urano de punto apex de todo este mogollon puede pasar de todo.

Anónimo dijo...

Hoy he leído que Teresa Forcades y Arcadi Oliveres se están moviendo para entrar en política... sí que vamos a ver activismo interesante.

Gracias por tus reflexiones, es muy enriquecedor.