sábado, 4 de mayo de 2013

La falacia de la emprendeduría

Llevamos en España unos pocos años, desde el 2010, en que los medios de comunicación y las escuelas de negocios nos embadurnan con la idea de lo buena que es la emprendeduría. Y está claro que lo es. Eso sí, siempre que se apoye a las claras, que no sea una tapadera, que se preste atención a los proyectos que sean verdaderamente de interés para la comunidad. Sin embargo, muchos se quejan, y con razón, de las dificultades que pone el establishment burocrático, por los impuestos, por las condiciones, por las trabas, por la lentitud. Sin embargo, ello obedece a que eso que se dice en relación al apoyo al emprendedor es una falacia que oculta otras cosas. La realidad es que se favorecen unos proyectos sobre otros, y no siempre el criterio es el interés público sino que el proyecto esté en la línea que determinan las corporaciones que los discriminan. Se impiden unos proyectos y se favorecen otros.

Entre esas cosas, se va viendo, no a las claras, que detrás de proyectos de emprendedores, que aparentan ser espontáneos y surgidos de iniciativas creativas, en realidad están impulsados por multinacionales. Muchos proyectos están teledirigidos por corporaciones que ramifican su influencia social a través de escuelas de negocios y demás instituciones que obran para tal efecto. Hay proyectos que no sufren ninguna traba burocrática; otros, sin embargo, son bloqueados sin que se sepa por qué, y más siendo proyectos que podrían favorecer el interés general. Ello da a entender que el apoyo a proyectos pasa por un rasero ideológico. Alguien debería estirar del hilo o hacer explotar la burbuja.

La transparencia es un anatema en este nuevo modo feudal, en el que determinadas corporaciones subcontratan o favorecen determinados proyectos de emprendeduría. El caso es que la vida de los emprendedores está teledirigida por estas corporaciones. Y está claro que el sistema futuro será un híbrido hecho de instituciones públicas y privadas, y que los servicios estarán subcontratados a eso que hoy se llama emprendeduría, y que no es otra cosa que vasallaje encubierto.

Argumentación astrológica.

En el 2010 se formó una conjunción Júpiter-Urano en Aries. Ahí empezó a pronunciarse el discurso favorable a la emprendeduría, en una cultura que no ha dejado de ser funcionarial. Sin embargo, durante este próximo verano vamos a ver cómo el Júpiter que va a entrar en el signo de Cáncer nos va a ayudar a ver a las claras esta burbuja.

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