jueves, 5 de febrero de 2015

A vista de águila


A vista de águila: el horizonte 2017-2020

En este blog he sostenido la idea de que Catalunya podría llegar a ser independiente, lo cual conllevará a una reformulación de España -de lo que quede de España- a medio plazo. En los últimos artículos que escribí de este asunto señalé que el periodo óptimo está entre los años 2017 y 2020. En el último de ellos sostuve que el trabajo que le correspondía hacer al pueblo catalán, la base social, ya está hecho. Lo que viene es no desperdiciar este capital o, lo que es lo mismo, que la élite política alcance el nivel de madurez y congruencia que el proceso requiere. Falta, sin embargo, otro factor: el de la complicidad expresa por parte de la comunidad internacional. Este apunte, no obstante, requiere de un dominio del tempo que va a ser tan importante como el que hasta ahora llevamos vivido. Me explicaré.

Remontándonos al periodo inicial del siglo XVIII, cuando el rey borbón sustituye al austria mediante la guerra de sucesión, vemos que la compactación del estado español (decreto de Nueva Planta) sucede con la connivencia internacional. Y lo mismo ocurrió con la expulsión de los judíos durante el reinado de los Reyes Católicos. Ello muestra que los aconteceres locales forman parte de un marco mayor sistémico. Lo que quiero decir con ello es que el desarrollo del proceso soberanista no depende sólo de los catalanes, sino, además, de las dinámicas y políticas sistémicas que están en desarrollo. Ello, claro está, supone un dominio del tempo. Es decir: mantener la tensión necesaria que permita no desperdiciar el capital social, por un lado, y percibir qué momentos son los justos para alinearse con el marco sistémico. El asunto requiere de una mirada de águila.

Y ahora voy a atreverme a hacer un vaticinio al respecto.
En relación a las elecciones del 27/9/2015 en Catalunya, me inclino a pensar que los partidos independentistas aumentarán ligeramente sus respectivos números de diputados en relación a las anteriores elecciones. Es posible que este aumento provenga de ciertas escenificaciones que a día de hoy aún no han podido darse. A partir del punto de inflexión que va a suponer las elecciones del 27/9/2015, el 2016 se presenta especialmente intenso -concentradamente intenso-, mucho más que todo el periodo que llevamos de proceso soberanista hasta ahora. Esta intensidad se debe a que el escenario sistémico mundial entra en convulsión. Y todo se empezará a mover a partir de noviembre de 2015, momento crítico con sangre y vísceras al aire.

Para una mayor detalle, les sugiero que lean los siguientes artículos:


2 comentarios:

Jordi GM dijo...

Quan dius "momento crítico con sangre y vísceras al aire", què vols dir, concretament? Gràcies!

Jesús Gabriel Gutiérrez dijo...

risc com antidot de la por al canvi