jueves, 23 de junio de 2016

Conflictos humanos y codicia espiritual

El picado de la piedra y el ciclo de 2 años: los conflictos humanos y la codicia espiritual.


Hablé de él en otros artículos de este blog. Me refiero al ciclo que forman las conjunciones entre Marte y Saturno. Se trata de los dos maléficos, según la terminología tradicional. Llevado a un lenguaje más actual, sería algo así como picar piedra, manejarse con el yunque y el martillo o, incluso, dejarse la piel en un empeño que lo valga.

Este ciclo de 2 años suele pasar desapercibido, y más en una época como la actual, atosigados como estamos por otros acontecimientos astrales más vistosos.
Por tanto, pues, recuperemos la importancia de este ciclo, que adquiere una relevancia debido al contexto de incertidumbre y estrés en el que está sumido el mundo.

De alguna manera, el signo en el que acontece cada conjunción define el tipo de esfuerzo requerido. Así, pues, la última habida recayó en Escorpio, en el 2014; la próxima, a partir del próximo agosto, en Sagitario; la siguiente, en Capricornio, en el 2018; y la siguiente, en el 2020, en Acuario.

El ciclo en el que aún estamos, hasta agosto, viene marcado por la conjunción entre Marte y Saturno que tuvo lugar hace dos años en Escorpio. Se trata de un signo crítico y destructivo, cuyo lema es que para empezar a construir primero hay que destruir, para luego de la derrución salvar lo salvable y deshechar lo que tiene que ser deshechado. A partir de ahí, una vez desmontado el sistema, podemos plantearnos qué diseño sería menester antes de empezar a construir. Esta conjunción, cuyo desarrollo estará vigente hasta el próximo agosto, supone un trabajo profundo con emociones poco agradables. Posiblemente sea este el trabajo fundamental: fortalecer las emociones, aprendiendo a vivir en medio de la incertidumbre; poner atención sobre la mente profunda inconsciente, tanto para no dejarse llevar por el delirio optimista infundado como por el miedo a la derrota, a la frustración. Y también, para no dejarse llevar por el pánico de un mundo en descontrol.

El descontrol ambiental es necesario, para lo cual hay que estar experimentando emociones muy implosivas (detonan hacia dentro) o explosivas (especialmente las que vienen de nuestras relaciones con otras personas). Todo ello puede suponer, para quienes sean especialmente sensitivos, una fuerte sensación de estrés con la que habrá que surfear (como si fuera una ola). El resultado puede ser transformador o transtornador, según si el estado emocional es más o menos maduro o inmaduro.

A partir de agosto se producirá una conjunción entre Marte y Saturno en Sagitario, lo cual dará lugar a otro ciclo de dos años. Esta conjunción propone otro tipo de trabajo: el de afrontar prejuicios y esquemas mentales obsoletos. También, acometer la realidad putrefacta (la que ha sido desenmascarada por la anterior conjunción en Escorpio) con generosidad, alegria y humor, procurando superar la tendencia sagitariana al dogmatismo, a la mezquindad y a la codicia espiritual. Esta alegría no va a ser fácil, pues se trata de una alegría que sobreviene como consecuencia de la comprensión y elaboración de lo heredado de los ciclos anteriores. Además, esta alegría, habiéndola elaborado, nos llevará a aceptar la presencia de la muerte (entendiéndola como parte de esa fuerza descomunal que es la vida).
Debo decir que la acción de esta conjunción dará situaciones muy delicadas en lo mundano. Es una conjunción que anuncia grandes peligros y conflictos, con gran confusión y miedo a las pérdidas, al vacío e, incluso, sensación de miedo debido al despotismo y a otras formas tiránicas propias del humano cuando no acepta sus limitaciones. Las conjunciones en signos de Fuego son pro-imperialistas. Por tanto, presenciaremos actos generosos y actos mezquinos.
Como bien se sabe, Sagitario es un signo que guarda mucha relación con España, con su historia, con su actual situación. Es más que posible que esta conjunción conlleve un empobrecimiento de la conciencia de país.

Más adelante, en el 2018 y en el 2020, viviremos las siguientes, que serán crecientemente cruciales. Se da el añadido que en el 2018 Urano y Quirón cambian de signo, lo cual augura cambios mundanos que notaremos de forma muy obvia. Es muy posible que a partir de estas coordenadas, las guerras y los desórdenes que vamos a vivir con el ciclo que se inicia en agosto del 2016 (así, pues, atención al peligroso bienio 2016-2018) empiecen a ser superados a partir del 2018.
La conjunción entre Marte y Saturno del 2020 coincide con una oleada de otras conjunciones, lo cual me lleva a pensar que el 2020 va a ser un año que dejará huella para el resto del siglo.

Los otros artículos son estos:
El ciclo de 2 años y las conjunciones entre Marte y Saturno.
La forja del hierro y el ciclo de 2 años.
Agonía 2016.
Catalunya: 2016-2017.

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